Sta. María La Real de Valdeiglesias
El Emperador Alfonso VII otorgó a los monjes eremitas que habitaban el "valle de las iglesias" privilegio real, fechado en Toledo el 30 de noviembre de 1150 por el que se fundaba el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, agrupando los doce eremitorios del valle en uno solo alrededor del de la Santa Cruz constituyendo una comunidad única sometida a la obediencia de un abad y a la regla de San Benito.
El Monasterio se incorporó a la orden del cister bajo los auspicios del Rey Alfonso VIII que, en 1177 mandó venir a los monjes del Monasterio Cisterciense de la Espina de Valladolid entre los que al parecer figuraba un hermano de San Bernardo de Claraval, el gran impulsor del Cister. Así se incorporó el Monasterio a la Orden del Cister como filial de la Espina que, a su vez lo era del Claraval en Francia.
Para conocer la historia de este importante monumento madrileño nos haremos eco de las palabras del arquitecto responsable de su restauración D. Mariano García Benito.
Según nos cuenta este arquitecto, el origen del Monasterio se remontaría, al tiempo de los visigodos, en que un noble llamado Teodomiro decidió retirarse en compañía de otros nobles a este valle para hacer vida eremítica, reinando Witiza. Al menos esto es lo que indica la tradición.
En el año 1485 este Monasterio se incorporó a la regular observancia de Castilla proveniente de la reforma llevada a cabo por Fr.Martín de Vargas (final siglo XIV). Por ella se suprimieron los Abades Comandatarios y Perpetuos, se apartaron del Abad General del Cister y comenzaron a tener capítulo general propio, el Monasterio gozaría a partir de ese momento de una mayor autonomía, pero la ruina económica ya había comenzado, en 1434 se enajena la Villa de San Martín siendo vendida por 30.000 maravedíes de juro perpetuo al Condestable de Catilla D. Alvaro de Luna, Señor de Escalona, y en 1552 el Emperador Carlos V vendió la Villa de Pelayos al Marques de las Navas por cuya venta los vecinos de Pelayos se vieron libres del dominio monástico, pasando a ser vasallos del Marques.

El Monasterio fue desamortizado en el año 1835 en el reinado de Isabel II, bajo la regencia de María Cristina, el Secretario de Hacienda D.Juan Alvarez de Mendizabal incluyó este Monasterio en su Ley Desamortizadora del 14 de octubre de 1835 mediante la cual el Monasterio pasó a manos particulares teniendo como consecuencia el abandono y el comienzo de su ruina definitiva.
En el año 1973 el arquitecto madrileño García Benito inició su recuperación y rehabilitación, todavía en marcha. En febrero de 1984 fue declarado este Monasterio Monumento Histórico de carácter Nacional según decreto 3444/1983 de fecha 23 de noviembre de 1983.
La Iglesia de estilo románico, perdura su hermosa y monumental cabecera, formada por tres ábsides, más alto y profundo el central, que además es de planta semicircular, mientras que los laterales, más menudos, tiene planta cuadrada. El ábside central tiene cinco ventanales de arco de medio punto rasgados verticalmente y rodeados por fina chambrana. Los aleros de los tres ábsides se sostiene mediante canecillos de proa de barco. Toda la fábrica es de perfecta sillería.
Según nos cuenta este arquitecto, el origen del Monasterio se remontaría, al tiempo de los visigodos, en que un noble llamado Teodomiro decidió retirarse en compañía de otros nobles a este valle para hacer vida eremítica, reinando Witiza. Al menos esto es lo que indica la tradición.
En el año 1485 este Monasterio se incorporó a la regular observancia de Castilla proveniente de la reforma llevada a cabo por Fr.Martín de Vargas (final siglo XIV). Por ella se suprimieron los Abades Comandatarios y Perpetuos, se apartaron del Abad General del Cister y comenzaron a tener capítulo general propio, el Monasterio gozaría a partir de ese momento de una mayor autonomía, pero la ruina económica ya había comenzado, en 1434 se enajena la Villa de San Martín siendo vendida por 30.000 maravedíes de juro perpetuo al Condestable de Catilla D. Alvaro de Luna, Señor de Escalona, y en 1552 el Emperador Carlos V vendió la Villa de Pelayos al Marques de las Navas por cuya venta los vecinos de Pelayos se vieron libres del dominio monástico, pasando a ser vasallos del Marques.
El Monasterio fue desamortizado en el año 1835 en el reinado de Isabel II, bajo la regencia de María Cristina, el Secretario de Hacienda D.Juan Alvarez de Mendizabal incluyó este Monasterio en su Ley Desamortizadora del 14 de octubre de 1835 mediante la cual el Monasterio pasó a manos particulares teniendo como consecuencia el abandono y el comienzo de su ruina definitiva.
En el año 1973 el arquitecto madrileño García Benito inició su recuperación y rehabilitación, todavía en marcha. En febrero de 1984 fue declarado este Monasterio Monumento Histórico de carácter Nacional según decreto 3444/1983 de fecha 23 de noviembre de 1983.
La Iglesia de estilo románico, perdura su hermosa y monumental cabecera, formada por tres ábsides, más alto y profundo el central, que además es de planta semicircular, mientras que los laterales, más menudos, tiene planta cuadrada. El ábside central tiene cinco ventanales de arco de medio punto rasgados verticalmente y rodeados por fina chambrana. Los aleros de los tres ábsides se sostiene mediante canecillos de proa de barco. Toda la fábrica es de perfecta sillería.
Fundación Santa María la Real de Valdeiglesias. Ayuntamiento de Pelayos de la Presa, Madrid. Enlace web: http://www.santamarialarealdevaldeiglesias.com/
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D. Mariano García Benito, Arquitecto que compró el Monasterio en el año 1974, lo comenzó a restaurar y creó una Fundación que cedió al Ayuntamiento de Pelayos de la Presa. Esta es su historia.
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