lunes, 1 de abril de 2013

Zonas Húmedas: Lagunas de Castrejón

Entre las salidas de educación medioambiental que os proponemos se encuentra este precioso paseo por las Lagunas del Castrejón, humedal protegido y catalogado por la Comunidad de Madrid por su importancia en relación con la fauna que nos encontramos, y su relevancia botánica.

Podremos observar, con paciencia y algo de suerte, algunas especies de anátidas, abubillas, rabilargos, urracas, petirojos, carboneros y sobrevolando los cielos al buitre leonado.


Además de poder observar el vuelo de gran variedad de aves como el águila imperial, zampullines, agachadizas, cigüeña blanca, por el camino podemos escuchar cantos y revoloteos de verdecillos, carboneros, estorninos, urracas.

Este lugar tan maravilloso, como muchos otros rincones de la Sierra Oeste los que conocido gracias a Carlos, un amante de los bosques, los ríos y los animales, que se ha recorrido no sólo caminando, sino también en bicicleta, muchos de sus senderos y caminos. El primer día que me enseño este paraje por el año 2011, tuvimos la suerte de poder ver y después fotografiar la rana de San Antonio, que posa sobre los dedos de su mano.

Si os gustan los anfibios y reptiles, además de la rana común y una de mis preferidas, la rana de San Antonio, podemos observar anfibios como tritones jaspeados.


Rana de San Antonio
Espacio con clara naturaleza de humedal que incluye unidades ecológicas funcionales que actúan como sistemas acuáticos (en concreto lagunas naturales de interés ecológico). Además este espacio posee relevancia faunística y botánica.




Humedal incluido en el Catálogo de Embalses y Humedales de la Comunidad de Madrid (Acuerdo de 2 de septiembre de 2004 del Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, por el que se aprueba la revisión del Catálogo de Embalses y Humedales de la Comunidad de Madrid; BOCM nº 220, de 15 de septiembre de 2004).

Pertenecen al término municipal de El Escorial y se encuentran localizadas en la cuenca hidrológica del Tajo, subcuenca del Alberche.





Cuando mi amiga Susana y yo llegamos a la charca localizamos dos anátidas que disfrutaba de la misma. En realidad eran dos azulones, aunque solo se divisaba una, la pareja se encontraba camuflada detrás de los árboles y cuando nos acercamos un poco más alzaron el vuelo con gran alboroto, alertando a todas las demás aves que se pudieran encontrar en los alrededores de nuestra presencia.

Susana con la Machota grande al fondo.

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