jueves, 24 de octubre de 2013

Una joya botánica: El castañar de El Tiemblo

Una joya botánica: El castañar de El Tiemblo




Hay lugares en nuestra geografía que parecen propios de otras latitudes, lugares llenos de vida, pequeños enclaves que nos pueden dar una ligera idea de lo que antaño pudieron ser nuestros bosques mediterráneos. Uno de estos sitios se encuentra en el Valle de Iruelas, Reserva Natural que cuenta con un alto grado de protección debido a la calidad y cantidad de fauna y flora que encierra. Este paraje está declarado zona ZEPA (zona de especial protección de aves), siendo refugio de una de las aves en mayor peligro de extinción como es el buitre negro.

Esta joya botánica posee castaños centenarios acompañados de ejemplares jóvenes y que pasa por ser el de mayor extensión de toda la Cordillera Central.





Existen dos sendas señalizadas, la primera es una senda circular llamada "La Senda El Castañar" de 4,3 km de recorrido a la que se accede en coche desde la zona recreativa. La segunda, es una ruta lineal denominada "La Senda de San Gregorio", de 4,6 km de recorrido. El Ayuntamiento de El Tiemblo cobra una entrada por su acceso de 6,00 euros si se accede en coche y de 2,00 euros por persona si se accede a pie o en el servicio de autobuses que también proporciona el Ayuntamiento.



Las castañas de "El Castañar", que son de baja calidad al provenir de castaños silvestres, hoy en día no tienen interés para el consumo humano pero sin embargo, suponen una importantísima fuente de alimento para la fauna silvestre (jabalí, ardilla, ratón de campo....) y para el ganado.



En esta época otoñal es muy común ver azafrán silvestre en algunos claros de "El Castañar", también conocida como narciso de otoño. Es una especie originaria de Europa, propia de zonas de alta montaña.


Fotografía: Yolanda López.

domingo, 13 de octubre de 2013

El castañar del embalse de Los Morales: Descubriendo la Sierra Oeste

El castañar del embalse de Los Morales: Descubriendo la Sierra Oeste.




En el año 2011 descubrí con un gran amigo buen conocedor de la mayoría de los pueblos que aúnan la Sierra Oeste. Se trata de la localidad de Rozas de Puerto Real. Es un pueblecito tranquilo y armonioso, con una calle que se llama calle de Las Aguas que lleva al parque del mismo nombre, que por lo visto regala unas vistas espectaculares. Queda anotado para la próxima visita.

Es el último pueblo de la Comunidad de Madrid, ubicado en en límite de las comarcas de Avila y Toledo, por  donde se extiende el único castañar madrileño. Esta zona está incluida dentro de la ZEPA 56 denominada "De los encinares de los ríos Cofio y Alberche, siendo un lugar privilegiado para la observación de aves. 

(http://www.viaspecuariasdemadrid.org/rutas-ornitologicas/ruta-orni-10-el-castanar-de-rozas-de-puerto-real.html).





Es un placer bordear el Embalse de Los Morales en bicicleta, puedes recrear todos los sentidos. Disfrutar mirando, oliendo y escuchando el sonido del silencio. El paisaje está dominado por la cadena montañosa de la Sierra de Gredos, así como por magestuosos castaños de 20 a 30 metros de altura, troncos leñosos, ramas robustas y grandes copas. La mejor época del año para realizarlo, a mi humilde entender, es durante el otoño, ya que el colorido de los castaños y demás árboles es espectacular, se han tornado de rojos, amarillos y marrones. 


 http://www.telemadrid.es/noticias/mimadrid/noticia/paseo-por-el-castanar-del-embalse-de-los-morales





El agua y el silencio.


El camino y el silencio.



Los colores y el silencio.


El agua, el camino, los colores y el silencio.



La senda del Embalse de los Morales: agua, camino, colores y silencio.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Magia al atardecer: Descubriendo la Sierra Oeste

             Magia al atardecer: Descubriendo la Sierra Oeste.

Cualquier tarde es agradable dar un paseo por un lugar cercano al agua. Aprovechando las últimas tardes de luz que nos brinda el otoño, el Embalse de Valmayor (http://es.wikipedia.org/wiki/Embalse_de_Valmayor) es un paraje lleno de vida y color. A finales del verano su capacidad de agua ha disminuido, aún así el entorno en el que está situado alberga mucha belleza y profundidad.



El descenso de sus aguas dejan a la vista testigos del pasado, troncos y piedras que durante el invierno y parte de la primavera quedan sumergidos, como recuerdo de aquellos bosques que pudieron habitar estos lares antes de desaparecer y convertirse en embalse para abastecimiento de aguas. En esta ocasión no nos quisieron acompañar muchas aves, sin embargo, es un lugar único para su observación, está considerado como unas de las mejores rutas ornitológicas de Madrid. Entre otros se pueden observar a la garza real, somormujo, ánade azulón, martín pescador, etc. (http://www.viaspecuariasdemadrid.org/rutas-ornitologicas/ruta-orni-28-ruta-de-colmenarejo-al-embalse-de-valmayor.html )



Durante esta época de transición quedan praderas amarilleadas por el caluroso sol del verano, junto a otras que comienzan a verdear tras caer las primeras lluvias del otoño. Las orillas del Embalse de Valmayor están salpicadas de bolos de granito que confieren a su paisaje un toque mágico, mientras paseas puedes imaginar figuras diversas que han sido talladas por los vientos, lluvias y nieves que los visitan año tras año.




En cualquier época nos encontramos sus orillas salpicadas de pescadores, pacientes y serenos esperan cazar alguna carpa de las que habitan en estas aguas. Durante mi paseo otoñal me los puedo imaginar refugiados en este tipi improvisado, cubierto de telas para protegerse del viento y de los rayos del sol. Una vez más compruebo que poco necesitamos para vivir en equilibrio con la naturaleza, cuatro palos y varias piedras son suficientes para improvisar un refugio.